FRANCISCO MERCADO MERINO
El 31 de diciembre de 2019 China informó de un extraño brote deneumonía a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que rápidamenteenvío a un equipo de investigadores a Wuhan y alertó a la comunidadinternacional acerca de la gravedad, presente y futura, de lasituación.
Sin embargo, desde un inicio el Gobiernoespañol ignoró la magnitud de la amenaza y no adoptó las medidasnecesarias. De hecho, no hizo caso a ninguna de las recomendacionesque durante los meses de enero, febrero y marzo publicó la OMS, talescomo el acopio urgente de material sanitario, la importancia derealizar test, la necesidad de rastrear y aislar los casos positivos o la prohibición de celebrar actos multitudinarios. áA fines de enero,Fernando Simón, coordinador de Emergencias de Sanidad, afirmaba que"España no va a tener, como mucho, más allá de algún casodiagnosticado". A mediados de febrero, el ministro Salvador Illaaseguraba «hoy no hay ninguna razón para tomar ninguna medida de salud pública adicional a las que ya estamos tomando», mientras preparabaun protocolo para cadáveres de la COVID-19.
A pesar