GÓMEZ ARCOS, AGUSTÍN
El piso principal de las Tres Palmeras se transformó en lugar de culto y campo de batalla. Allí, Paula Pinzón Martín venera la memoria de su madre muerta y evoca la guerra civil que su padre ganó contra los republicanos. En una ceremonia cruel e irrisoria, Paula se entregará al último combate de la memoria, una lucha monstruosa donde la realidad cuenta menos que los delirios de lo imaginario.