ENFERMERA SATURADA
El testimonio de cómo las enfermeras luchamos contra un virus que paralizó al mundo. 2020 fue el Año Internacional de las Enfermeras. Lo celebramos de un modo extraño y al que no estamos acostumbradas: luchando contra el coronavirus debajo de un EPI, siendo protagonistas en los balcones de cada casa, en los medios de comunicación y, finalmente, en los centros de vacunación. No hubo fiestas ni actos especiales en nuestro año ni en el siguiente, pero sí hubo un sentimiento de orgullo por saber que estábamos haciendo historia. Siempre habíamos estado ahí, pero pocas veces se nos había visto tanto. También seguiremos estando cuando se apaguen los focos. Esta es la historia de todo lo que sucedió después de la primera ola, cuando veíamos con desesperación cómo la Covid-19 volvía a llenar hospitales, de una pandemia que jamás olvidaremos y de la campaña de vacunación más grande que la humanidad ha vivido. Millones de dosis de esperanza administradas con orgullo por enfermeros y enfermeras alrededor del mundo, los mismos que primero lucharon armados con bolsas de basura y que lo hicieron después con una jeringuilla